¡HORROR! Los mayas tenían razón, todo calza, el mundo
se acaba ahora. Más temprano que tarde
tenía que pasar algo así. Mis talentos
en la cama morirían o peor aún, yo me daría cuenta que en realidad soy un
fiasco en la cama.
Usted
mi querido lector estará leyendo estas líneas con horror, espanto, o
probablemente esté levantando los brazos en señal de desesperación ante tan
terribles hechos, pero tarde o temprano tenemos que despertar del amargo sueño
de la inexperticia (¿existe esa palabra?)
Yo
que he pasado tantos años engañada por mis amantes pensando que mi punto fuerte
era la aplicación lingual del miembro (suena super siútico, pero usted sabe que
esto lo lee mucha gente, no puedo poner que la chupo rico)
Menos
mal que mi asado uruguayo favorito me hizo caer en cuenta de mi error. Como es tan seco en lo que a sexo se refiere,
me abrió los ojos (bueno, no solo los ojos, pero el resto se los cuento
después) ¡¡¡ME DIJO QUE LO CHUPO MAL!!! Yo en el instante me sentí pésimo. Quise pedir perdón a todas las mujeres
chilenas por dejar tan mal a la raza, siendo la peor exponente de las
conferencias de prensa en mi país.
En
ese concierto había decenas de mujeres y justo yo tenía que ser la que lo
chupaba mal. Pero ahí solo comenzaban
mis problemas, por que caí en cuenta de dos hechos. Primero: ¿era yo la que lo chupaba mal
solamente, o todas las mujeres en Chile lo chupaban mal? Esto a raíz que yo
llevaba muchos años y tipos chupándola, jurando al fabricante que lo hacía a
las mil maravillas porque mis amantes me
decían que lo hacía rico. Entonces quién
está mal acá, yo o ¿mis amantes se conformaban con poco y malo?
Cuando
uno lleva años pensando que hace algo bien y alguien le dice que lo hace como
el horto, empieza una especie de sicosis por saber quién está mal. Pero como yo soy una mujer de acción más que
de preocupación, ante el problema hay que encontrar solución; y como la
práctica hace al maestro, yo me puse a practicar.
Todos
mis amantes sorprendidos con mi relato, generosamente se ofrecieron de
conejillos de indias en mi experimento o más bien en mi capacitación oral (¡era
que no!) Así que yo de lo más aplicadita (además de traumada que estaba), me
mandé tremendas conferencias, para cuando el maestro me tomara exámen yo
aprobara con honores; porque si hay algo que no soporto es no ser la mejor en
todo y esto requería de mi mayor esfuerzo.
Y
le dí, le dí, le dí. Mis chicos me
ayudaron en lo que más pudieron dando indicaciones, comentarios o su empujadita
de cabeza durante la clase. Yo hice mi
mejor esfuerzo y ellos al parecer lo agradecieron.
Llegó
el día de la prueba de fuego. Mi amigo
abuelo, que a estas alturas era el viejo cul… que me dijo que la chupaba mal;
vino a visitarme. Obvio que iba a
terminar dándome como tarro, pero antes de cualquier cosa le dije lo traumante
que fueron las semanas posteriores a nuestro encuentro y mala chupada. El desgraciado soltó la carcajada. Me Preguntó si en realidad me había creído lo
de la mala chupada, que era broma porque se lo había chupado poco. Sólo por eso no se lo chupé más, ¡qué se cree
este viejo! Venir a traumarme después de años de abnegada dedicación en el
campo del sexo oral.
Al
menos mis amantes fueron los más beneficiados con el trauma. Pero obvio que como todo en la vida obtuve
una lección de esto; todo debe perfeccionarse y cultivarse. El sexo como todas
las artes requiere de variedad, imaginación, inteligencia y práctica. Lástima que el viejito no pudo probar mi
nuevo aprendizaje; solo espero que en su próxima visita me deje un trauma
nuevo…digo, por el bien de mis amantes chilenos.
buen blog.. ;)