Yo

LAS INFIDELIDADES

miércoles, 29 de febrero de 2012

¿Por qué la infidelidad es un tema gracioso para mí pero no para mis ex?
Para que mencionar cuando te agarran. Pero, es como la gracia de ser infiel; porque si no, no tiene chiste.  Sería como en la película “Los Puentes de Madison” donde la Meryl Streep se da como tarro una semana con el Clint Eastwood, nadie se entera que estuvo con el waxon fotógrafo, se va a la tumba con el secreto y al final de cuentas termina siendo para todos una bella historia de amor. THE END.
En mi caso nunca fue así; siempre fui cornuda, con o sin consentimiento, pero cornuda al final y al cabo hasta que me tocó cornear (se dice así o de plano le ponemos que lo engañé) Nunca he pretendido tener pareja. Me gustan los “amigos con derechos” para llevar todo en la más sana convivencia, por la salud mental de todos.  Las ventajas de la soltería perpetua son que uno está con medio mundo y no tiene que esperar  que le cobren sentimientos cochinos por nada.  Eso suena más superficial que pechuga de modelo discotequera, pero a estas alturas de mi vida, la profundidad de pensamiento me da francamente lo mismo en cuanto a cama se refiere.  Como siempre digo, no complique al corazón con las cosas de la vagina o del miembro, lo que sea en su caso.
No sé porque a los hombres lo de que les pongan los cuernos es más terrible o peor que ser homosexual.  No digo que lo último es malo, porque por algo hay homosexuales hombres y mujeres; sino que para ellos es terrible asumirse como cornudos.  Porque en cuanto a cuernos se refiere, los hombres no son precisamente el baluarte de la discreción y humildad. Yo tenía un amigo que se jactaba de cuantas veces había engañado a su pareja y esa conducta la he observado en varios especímenes del sexo opuesto.  En esta arte de la discreción las mujeres tenemos casi por obligación que llevar la ventaja, por las consabidas repercusiones de lo que algunos llamarían “puterío”.  Ellos son campeones y nosotras somos perras o como diría mi ex basura.
Una vez escuché que Paul Newman (para las nuevas generaciones les cuento, en la época de mi mamá era el tremendo mino que les movía los churrines hasta las más recatadas calcetineras) tenía vacaciones de su señora una semana, o sea se separaban una semana o quince días, y ninguno se preguntaba lo que el otro hacía.  En resumen, ojos que no ven corazón que no siente.  Mi amigo Paul practicaba lo que yo llamo, vive y deja vivir, o sea, de vez en cuando una probadita de otra cosa le pone un poco de sazón a la relación.  Y esto no tiene nada que ver con el amor, después de todo, uno puede amar a su pareja profundamente, pero no dejar de hacerlo por experimentar otras sensaciones para compartir con la misma.  Después de todo en la cama solo las experiencias son las que nos  enriquecen, en este caso las experiencias directas o lucha cuerpo a cuerpo.
Siempre tiene que ser claro con lo que quiere, sobre todo con las minas.  No sé porque la mayoría cuando estamos en posición de ataque nos ponemos escandalosas y no disfrutamos de lo que tenemos.  Si quiere solo ponerlo, dígalo con todas sus letritas, mire que en la cama no existe la letra chica.  No deje nada al azar ni para interpretaciones, mire que las mujeres somos mandaditas hacer para interpretar cosas que no son.  Y para las mujeres, no se sientan culpables por querer dar una probadita al pastel de otro plato, en una de esas aprenden algo para compartir con sus conyugos respectivos que les puede beneficiar a ambos.
Pueden pensar que yo soy una promiscua irresponsable que apoyo el libertinaje y quiero destruir la sagrada institución familiar, pero nada más lejos de la verdad.  Para que exista respeto en la pareja, debe primar la comunicación y con ello descubre que probando otro plato le gusta más su porotero regalón.  En las infidelidades va algo más que hacerle daño a otro, por lo general uno llega a esas instancias porque algo falta en la relación.  A mí me pasó con mi blandito… yo quería que me diera todo el día y con suerte me daba besitos.  Después de los 30 las relaciones necesitan algo más que besitos y abrazos.  Obvio que no es malo aquello, pero un poco de picante, siempre da un gusto distinto a la vida; después de todo, los sabores fuertes son los que permanecen en nuestra memoria.
Esto no es un requisito en las relaciones, pero si usted se entera que su pareja es, o fue infiel, pregúntese primero que lo llevó a ello; probablemente se encuentre con la desagradable sorpresa de que usted tiene más relación en los hechos consumados de lo que quisiera. Siempre es más fácil ver la paja en el ojo ajeno. Como digo, pregunte antes de condenar que en una de esas le va mejor de culpable que de Juez.  Las relaciones siempre son de a dos y por lo general el pasivo tiene más responsabilidad que el activo. No quiere decir que engañe a su pareja semana por medio, sino que cuando tenga ganitas de algo distinto, sea ésta la primera en saberlo y acordar en conjunto lo que es mejor para ambos.  En una de esas llegan a un punto de acuerdo, se descartuchan y terminan jugando de los más felices sin herir a nadie.  Recuerde lo que siempre digo, en la cama el único límite es el otro.

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