¡Uy
cabros!, tiempo que no sabía de ustedes, más bien ustedes no sabían de mí. No se preocupen, estoy entera, no me falta
ningún pedacito, pero estuve perdida en lo que podríamos llamar mi vuelta a las
pistas.
Literalmente
mi desaparición coincidió con mi visita al festival Loollapalloza. Pero no
crean que me fui de grooper de una bandas, aunque acá entre nos; feliz me
arrancaría con el baterista de la banda Foo fighters que esta rebueno.
Bueno
la historia comienza precisamente por estos cabros, porque a ellos iba a
conocer y a la abuelita del rock; mi ídola desde que tengo 5 años Joan Jett, si
con decirles que estoy tan rallada con ella que me compré unas botas igualitas
a las del video “i hate my self for loving you”. Yo feliz de la vida rompí mi chanchito para
disfrutar del festival este, di vueltas por todas partes hasta que empezó mi
abuelita a cantar.
Yo,
totalmente babosa ante la viejita (que está más flaca que yo), pero mi problema
fue como siempre el tamaño. De bolsillo
como soy, lo único que alcanzaba a ver era una mancha azul que era el tipo que
estaba delante de mí. Ante eso me
resigné, porque salada como soy, justito esa semana me fracturé la mano, así
que no me arriesgué a pelear con el compadre para que me dejara pasar.
Pero
como son las cosas del rock, parece que la abuelita Joan me andaba buscando,
así que se mandó una frase para el bronce, que obvio era para avisarme que ella
cachaba que yo estaba ahí. Y cito: “el
amor entre dos personas es algo maravilloso” a lo que respondí: ¡MENTIRA! Y
como nadie es profeta en su tierra, todos se dieron vuelta a mirar a la
anarquista. La abuelita me apoyó y dijo:
“pero el amor entre tres es algo fantástico” y ahí yo pegué el grito de
aprobación. Esto provocó que la mancha
azul se diera vuelta y noté que no era uno de los pitufos (de adónde, era el
tremendo pescado. Bueno cualquiera es grande a mi lado) tenía cara y un millón
de canas (a lo más pasa por papá pitufo).
Amoroso
el cabrito (obvio, por las canas no era tan cabrito), dejó ponerme delante de
él para ver a mi abuelita favorita. Y yo
ni tonta ni perezosa le metí conversa de puro metiche. Resultó que el cabro no era de acá (obvio, no
podía ser tan caballero si era chileno) de lo más simpático, nada enrollado (¡aquí
está la mía!).
De
ahí batimos la lengua hasta que apareció mi güachito Dave Grohl (vocalista de
Foo Fighters) y yo hipnotizada por sus rockeros cantos, me entregué a la música
(para que estamos con cosas, también me habría entregado a él, pero estaba tan
lejos del escenario…)
Terminaron
de cantar y me tenía que despedir del amigo azul, pero tan amoroso me invitó a
su hotel. Yo pensé “pobre abuelito, no
sabe lo que le espera; pero como me cae tan bien el viejito le voy a tener
misericordia”
Cuento
corto, por la boca muere el pez. El
viejito me dió como si fuera a terminar el mundo o tal vez como si estrenara
nuevo marcapasos. Literalmente yo
terminé pidiendo auxilio (mentira, pero es para ponerle más color al
asunto). Mi compadre me hizo Kamasutra,
pilates, yoga, todo lo que se imaginan y
lo que no se imaginan también. Si fuera
el hombre araña, en una de esas termino en el techo teniendo orgasmos. El abuelo es seco. En mis años de recorrido sexual esto es lo
mejorcito que ha pasado por mí. Me dio la
guerra con todo y yo literalmente me rendí ante sus especiales artes. Loollapalloza
terminó el domingo a la medianoche y yo llegué como a las 15 del lunes a mi
casa. ¡Mis amigos casi que mandan al FBI
a buscarme! Y yo con la sonrisa estampada en la cara.
Para
que cuento más del viejito, aplicado como hace tiempo no me tocaba. No sé si por la edad, experiencia o de
caliente ¡vaya a saber uno! La cosa es que me hizo lo que no me pasaba en años
y me dejó más satisfecha que gordo en tenedor libre.
Viejito
o no, el compadre es rebueno en lo que hace y recomiendo para las que quieran
viajar que probablemente el asado uruguayo tiene propiedades bastante
satisfactorias. Por mi parte aprendí que
hay cosas que sólo se pueden pasar en vivo, no en un disco o por la tele. En vivo, la experiencia es mucho más
satisfactoria. ¡Gracias abuelita Joan
por orgasmo concedido!
wena.... ahora la sonrisa no te la quita nadie.... suertua no mas